Política

Tráfico vehicular es cada día más crítico y caótico en Gran Santo Domingo

Por Tomás Aquino G.

SANTO DOMINGO, R.D.

El tráfico vehicular en el Distrito Nacional y la provincia de Santo Domingo, está huérfano, no hay nadie que busque solución a esta situación, que en los últimos seis años, tras una breve mejoría, ha alcanzado sus niveles más críticos y caóticos.

No hay seguridad… Los vehículos, especialmente los pesados, autobuses y microbuses del transporte de pasajeros, andan como chivos sin ley, ante la ausencia de agentes de tránsito.

Los motociclistas, que son calificados como “plagas” por algunos agentes de la DIGESETT, encargados de regularizar el tránsito, no respetan ninguna disposición establecidas en la Ley 63-17, pues cruzan semáforos en rojos y transitan por túneles y elevados, sin ningún tipo de control.

La falta de seguridad en el tránsito lo plasma este digital en la gráfica que ilustra de este trabajó periodístico, una camioneta, de la llamada platanera, en medio de un «tapón», transita en vía contraria por el puente Juan Bosch, que da acceso al Distrito Nacional.

En ese momento, ningún agente de tránsito estaba en el lugar, y si se encontraba, ni se enteró de ese vergonzoso espectáculo, que pudo provocar un lamentable incidente vial. Eran las 10:07 de la mañana del miércoles 31 de agosto del 2024.

En la mayoría de las vías, especialmente en las grandes y céntricas avenidas, los incidentes y adversidades en el tránsito provocan que los ciudadanos se vean atrapados en interminables «embotellamientos».

Desde primeras horas de la mañana, el caos brilla en las principales vías de las ciudades del Gran Santo Domingo, generando una crisis de transporte sin precedentes.

Ya no hay horas picos, pues los “tapones” ocurren a cualquier hora, en cualquier lugar y en todas las zonas capitalinas y los municipios de la provincia Santo Domingo.

En Santo Domingo Este, uno de los municipios más grandes del país, la DIGESETT prácticamente desapareció. El caos en el tránsito es alarmante.

En las principales avenidas, como la Carretera Mella y la avenida Sabana Larga, se observan a toda hora competencias entre microbuses y minibuses del transporte de pasajeros urbano.

Esa situación no es nueva, viene desde años atrás, pero parece no tener solución, a pesar de que pone en peligro la vida, no sólo de transeúntes, sino también de los propios pasajeros.

En los últimos seis años, las autoridades municipales, el INTRANT (Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre) y la DIGESETT, han permitido que las calles y las aceras sean ocupadas por particulares, instalando diferentes tipos de negocios y talleres.

Incluso, hay vías por donde los peatones, para poder caminar, tienen que hacerlo por plena calle, ya que las aceras son utilizadas como áreas de estacionamiento de vehículos.

Paradas improvisadas

La mayoría de sindicatos de choferes del transporte público de pasajeros, carros, se han adueñado de calles y esquinas, instalando paradas improvisadas, aumentando el caos en el tránsito.

Vida cotidiana

El caos en el tránsito ha tenido un impacto negativo en la vida diaria de los ciudadanos, ya que la mayoría de personas se ven obligadas a salir con horas de anticipación para llegar a tiempo a sus compromisos, y a pesar de ello, muchos llegan tarde a sus trabajos o lugares de destino.

Fracaso total

Las autoridades, tanto locales (ayuntamientos) como nacionales (DIGESETT o INTRANT), ni siquiera han mostrado interés en tomar medidas para mitigar los efectos del caos, y si lo han hecho, este digital la desconoce.

Por lo contrario, en los últimos años, los agentes de la DIGESETT se han preocupado, principalmente por la fiscalización de vehículos y motocicletas, en vez de viabilizar el tránsito vehicular.

La crisis de tránsito en Santo Domingo y el Distrito Nacional pone de relieve la necesidad urgente de soluciones estructurales para el sistema de transporte.

Mientras tanto, aumenta la preocupación y la frustración de los ciudadanos, que esperaban cambios significativos en el tránsito vial, que cada día es más caótico, y se ha visto lo que nunca se había visto, al menos un vehículo transitando en vía contraria en el puente Juan Bosch.

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